sábado, 28 de noviembre de 2009

Bordeando el Río Cosquín

Había que estrenar la Moleskine, romper el hielo y busqué algo fácil para no arruinar la primera página. Así tomé dos fotos que tenia del último verano en Córdoba. La primera corresponde a una vista desde una barranca del río en ésa ciudad, en una zona de casas de veraneo. La segunda es cerca de la casa de mi familia en Villa Caeiro, mirando al puente que cruza el Río y conduce al Hospital Domingo Funes. Tinta y lápices acuarelables con una leve aguada, es lo que salió.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Museo de Bellas Artes de Tigre.

Conocido como el legendario “Casino Tigre Club”; este edificio de imponente estilo neo-renacentista de principios de siglo XX fue declarado Patrimonio Nacional en 1979. Un arco equilibrado destaca su ingreso principal, que se proyecta en una arcada denominada Paseo Victoria que culmina en una glorieta que bordea el rio Luján. Realizado a partir de una fotografía resultó esta síntesis en tinta y acuarela.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Mi primera Moleskine


Ayer recibí, luego de una ardua búsqueda, mi primera “Moleskine”. Tal vez no signifique mucho para los argentinos esta marca de anotadores. Lo cierto es que esconde aspectos muy significativos.

Según cuenta la “historia de un cuaderno legendario”, impreso que vino junto a la misma, estas libretas fueron utilizadas durante los dos últimos siglos por intelectuales como Ernest Hemingway, Bruce Chatwin, Van Gogh, Pablo Picasso, Delacroix y Le Corbusier. En formato de bolsillo de 9x14 cm guardo esbozos y apuntes que luego se convirtieron en famosas obras de arte y literatura. Se producía en pequeñas tiendas que abastecían las papeleras parisinas frecuentadas por intelectuales de vanguardia.

En 1986 desapareció su último fabricante y recién en 1998 gracias a una pequeña editorial milanesa llamada “Modo&Modo”, la Moleskine ha vuelto a existir y hoy hay de varios tipos y tamaños (con reglones, cuadriculadas, apaisadas, para dibujo , entre tantas). Sin embargo la fama de estos cuadernos, que tiene coleccionistas y fanáticos en todo el mundo, es un claro ejemplo de antimarketing; casi no se publicita y su fama se basa en el ancestral método de boca en boca. “Las Moleskine son un reservorio de ideas y sentimientos, una batería que guarda descubrimientos y percepciones y cuya energía puede conservarse en el tiempo”.

La libreta clásica consiste en una encuadernación de tapas duras forradas en cuero negro, con una banda elástica que conserva cerrada las páginas en papel de calidad, con esquinas redondeadas para evitar que el roce las arruine. Solo se consiguen en librerías especializadas en Europa , EEUU y Japón. El MALBA editó con su sello una edición limitada hace unos meses pero ya se agotó. En las librerías Distal de Bs. As. se vendió una partida y ya no se consiguen.

Obtuve esta edición especial realizada para el Museo Van Gogh de Amsterdam, con tapas de colores fuertes (inspirados en el cromatismo del pintor). Es una belleza entelada en shantung de seda que conserva 80 suaves páginas especiales para dibujo, con la infaltable banda elástica lateral, fina encuadernación, delicados detalles y un aroma especial. Todo esto sumado a la carga histórica del mismo hace de este simple cuaderno un objeto de culto, que en breve quiero empezar a disfrutar dibujando.

Gracias a Flor que me ayudó a conseguirla.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Buenos Aires, La Plaza de Mayo


El primero, La Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo Nacional. Es el resultado de la unión de dos antiguos edificios, el Corréo y la Vieja Casa de Gobierno; que eran parecidos pero no idénticos. En 1894 el arquitecto italiano Francisco Tamburrini proyectó la unión de ambos mediante un gran pórtico con arco que hoy actúa como el ingreso principal, además proyectó el resto de conjunto edilicio tal como hoy lo conocemos.
El segundo se trata del Palacio de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; un edificio academicista francés, donde además aparecen elementos italianos y alemanes. Construido entre 1891 y 1902 por el arquitecto italiano Giovanni Cagnoni. Al costado también se destacan las columnas del ingreso a la Catedral.